lunes, 8 de octubre de 2012

Sociedad Civil y Democracia

ARTÍCULO 186

Era fácil ver caras que albergaban sentimientos muy profundos, ilusión, esperanza, pasión por el cambio, por crecer juntos, en paz y en justicia. Se veían sonrisas de oreja a oreja, denotaban alegría, confianza, creer que es posible. Se escuchaban 3000 corazones latiendo a la par en busca de un cambio, de reconstruir un modelo, un país. Se respiraba un ambiente de transformación, de sublevación pacifica, de progreso con olor a fresco. Se tocaba un sueño en común y compartido por todos con gran intensidad: el de renovar las reglas de juego de la sociedad española a través del nacimiento de un partido político.

Se veía un grupo de personas, que debimos nacer para ser un grupo y vivir esto con gran intensidad. El sábado, en Madrid, nació Sociedad Civil y Democracia. Desde cada una de las butacas de ese gigantesco salón repleto del Palacio de Congresos de la Castellana, también sentimos momentos muy emocionantes; fue sorprendente ver la cercanía de Mario confesando privacidades familiares, a modo de ejemplo de superación, entrega y lucha. O confesando en público las intimidades con la que construye su idea de sociedad española.  Me emocionó el momento de agradecimientos, en especial el dedicado a su padre y a su  compañero de “viaje” Daniel Movilla.

No sé, pero cuando uno se encuentra a gusto y lo que percibe con sus sentidos tiene un sentido, porque está dicho con el corazón y con la reflexión, el tiempo pasa más rápido de lo normal. Es importante encontrar lo que te gusta, mirarlo, probarlo y decirlo. No hay que tener miedo de hacerlo. Volví hacia Guadalajara pensando que otra España es posible, que otro modelo es posible. Pensaba, que tal vez acababa de haber asistido, al  inicio de un viaje que dentro de muchos años será recordado, como el principio del camino hacia el cambio.

¿Es una utopía? Tal vez, pero a veces es necesario soñar; la realidad asfixia demasiado y en ocasiones los sueños, en una curiosa reacción exotérmica, emanan calor y oxígeno y terminan por transformarse y cumplirse. Ojalá este sea el caso.

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