domingo, 17 de marzo de 2013

MAESTROS

ARTÍCULO 214

Siempre he dicho que tanto la formación del profesorado de primaria, como el proceso de selección son muy malos. Conozco maestros que no saben expresarse en público, ni verbal ni por escrito. Conozco maestros de inglés que no saben hablar en inglés; maestros de educación física que no les gusta el deporte; maestros de Conocimiento del medio que no sabrían decirte la función de un cloroplasto o el nacimiento del rio Duero. Conozco maestros de Lengua que no saben escribir ni un simple artículo para el periódico escolar. Conozco maestros a los que no les gusta la educación, ni los niños.
Conozco maestros que carecen de las habilidades sociales necesarias para dinamizar un grupo. Conozco maestros que no son un modelo ejemplar. Conozco maestros nada humanistas. Conozco maestros que no saben enseñar a pensar, nada creativos, ni por supuesto ilusionantes. Conozco maestros incoherentes, poco exigentes, nada empáticos.

Conozco maestros a los que no les gusta su profesión; que no tienen vocación. Incapaces de actuar como mediadores o negociadores en un conflicto en  el aula. Conozco maestros sin experiencia alguna y sin ilusión por formarse permanentemente. Conozco maestros sin dominio de la didáctica y de la pedagogía. Conozco maestros nada creativos, sin ganas de innovarse Conozco maestros a los  que no les gusta aprender, conocer, debatir, reflexionar. Conozco maestros nada curiosos, muy estáticos, poco apasionados por enseñar, mediocres y reduccionistas.

Conozco maestros con cero capacidad de esfuerzo, nada responsables con los valores éticos, ni con lo injusto, ni con el dolor ajeno. Conozco maestros con muy poca dedicación a su profesión. Por eso no me extraña nada los resultados de las pruebas de conocimientos básicos para la oposición de maestros en Madrid.

Siempre he pedido un sistema de puntuación más justo, una baremación con igualdad de oportunidades. La experiencia es un criterio importantísimo, pero claro, no tanto como para impedir que opositores con magníficas notas, puedan acceder al mundo laboral. Y hasta ahora se lo impedían. 

Es muy importante para la calidad del profesorado que la formación teórica en la universidad, no se divorcie de la formación práctica. En el arte de enseñar, lo científico no puede ir separado de lo pedagógico. Puedes saber mucha Biología o saber muchos métodos didácticos para su enseñanza, pero, en educación, uno sin el otro no son nada.

Faltan muchos contenidos en la carrera de maestro. Falta mucha formación para la realidad que te encontrarás en las aulas. Falta mucha formación práctica. Y es que el magisterio se aprende con los niños en clase.

Flaco favor hacen a la Educación aquellos que niegan y esconden la situación actual de la formación de los maestros. Flaco favor hacen a la Enseñanza aquellos que politizan estas pruebas- tan necesarias- de conocimientos. Flaco favor hacen aquellos que viven halagando con el engaño y adulando por intereses, un sistema de selección, ya caduco, que no nos puede llevar a nada bueno.

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