jueves, 17 de febrero de 2011

Pincelada del primer acto de la Fundación Civil en la sala Baviera del Intercontinental de Madrid:

Interesante presentación de la fundación a cargo de Mario Conde, que llegó al acto una hora y media antes de iniciarse con un acercamiento, sentido del humor, naturalidad y familiaridad digna de admirar. Nos habló del nacimiento de la fundación como un sueño personal, nos hablo de sus objetivos a perseguir, nos hablo de la necesidad de vencer el miedo, de tener convicciones y de participar activamente, pasando de la palabra a la acción.
El  profesor Merino nos acercó  la iniciativa legislativa popular en España, de sus carencias, de su poca efectividad, de lo nula y compleja que es ejecutarla.

Me gustó esta primera parte expositiva de la invitación, fue amena, interesante y muy didáctica. Conseguisteis  hacernos parte integrante de esta sociedad, miembro útiles y sobre todo despertasteis  esa necesidad de cambiar de actitud y de conducta en busca de nuestros derechos y de equidad social. Conocimos  lo que tenemos legislado y se habló de la necesidad de diseñar mecanismos de participación activa y directa.
Posteriormente se dio paso a un turno de  preguntas de los asistentes, que más bien pareció un turno de de desahogos y de liberar tensiones. Esta parte del acto nos radiografió el grado de enojo de la sociedad, sus ganas de aliviarse, de consolarse, de soltar su rabia, de hablar aquí lo que no pudo hacer allí.
Mario invitaba a acompañar la pregunta con un ofrecimiento individual, de que podíamos hacer y en que nos podíamos ofrecer a la fundación para colaborar con ella.

No me gustó esta segunda parte, muy desordenada, poco acotada en sus contenidos, cada uno a lo suyo;  esto  invitaba al esparcimiento, a la charla-desahogo y a los monólogos monotemáticos: aborto,  código penal y jóvenes, trabajo etc. Demasiada ansiedad y afán de protagonismo.
Sería interesante para otros encuentros que  nos pasarais una programación de lo  que queréis hacer en tal encuentro: lo objetivos  cercanos y más asequibles, contenidos más acotados,  mecanismos de participación y exposición más participativas y que lleven a mejor puerto.  Todo esto nos introduciría más en materia y además nos permitiría hacer del encuentro un espacio más dinámico, más útil, más participativo y sobre todo nos prepararíamos más para él y rentabilizaríamos más su tiempo.

Siento diferir con Mario respecto a que los que estábamos al otro lado de la mesa fuéramos un todo y un “verdadero  cuerpo cuántico de conciencia”.
 Deberíamos ser un todo, formar un todo, pero aún somos individualidades. Cada uno tiró y tira por su lado, defendiendo intereses particulares, sus cuestiones personales: el aborto, la corona, código penal y jóvenes, trabajo etc.
Muchos pocos  juntos en una sala no hacen un todo porque sí, no hacen un “cuerpo cuántico”. A veces la visión que tenemos de la realidad es una “proyección holográfica” de nuestros sueños, de nuestras ilusiones y las ganas de hacerlas realidad, de nuestras razones, de nuestras creencias, de nuestras convicciones.
Confío que detrás de la sociedad haya un más allá, de momento tenemos el más acá. Yo en la sala viví esta realidad. Newton, Einstein y tantos otros físicos “cuánticos” practicaban una forma de locura, porque sabían que había algo más allá pero no podían explicarlo.

En fin que cada uno saque sus conclusiones. Yo estaré en ese camino de buscar el todo. Cuenta-contad conmigo.

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