Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Tras el corte, pidió la cuenta al peluquero, y este le contestó: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El florista le dio las gracias y se fue. Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.
El florista le dio las gracias y se fue. Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.
Al día siguiente, entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de donuts esperándolo en la puerta.
El panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de donuts esperándolo en la puerta.
Ese mismo día, un profesor fue a cortarse el pelo y en el momento de pagar, el hombre otra vez respondió:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El profesor con mucha alegría se fue. A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento, una película y un libro:
“El secreto de mi éxito” de Horbert Ross. “Las 100 reglas absolutamente irrompibles del éxito en los negocios” de Brian Tracy.
Esa misma tarde entró en la peluquería un diputado. Quería cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente dijo:
El profesor con mucha alegría se fue. A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento, una película y un libro:
“El secreto de mi éxito” de Horbert Ross. “Las 100 reglas absolutamente irrompibles del éxito en los negocios” de Brian Tracy.
Esa misma tarde entró en la peluquería un diputado. Quería cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente dijo:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El diputado contento se alejó. Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputados, Alcaldes, concejales... haciendo cola para cortarse el pelo gratis.
El diputado contento se alejó. Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputados, Alcaldes, concejales... haciendo cola para cortarse el pelo gratis.
Hoy, este peluquero, cobra por adelantado, no vota y tiene un cartel enorme en su negocio que dice: Reservado el derecho de admisión. Ha decidido no prestar más servicios a la comunidad y cansado de las diferencias que existen entre ciudadanos comunes y miembros de la Honorable Clase Política del país se manifestó meses atrás en Sol, con una pancarta que decía: “Los cortes gratis en el Parlamento”.
También ha solicitado inscribirse en el I Congreso de la Sociedad Civil http://www.fundacioncivil.org/2011/07/i-congreso-de-la-sociedad-civil/comment-page-1/#comment-19926, para participar activamente de él, tal vez allí recupere el ánimo y todo lo que el sistema le ha sustraído. Suerte.
Yo también le deseo suerte.
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