martes, 26 de julio de 2011

¿Y CÓMO DIRÍAS TÚ QUE ES UN ELEFANTE?

Hoy, una compañera de Universidad, tal vez preocupa por la “invitación a irme” me recordó una leyenda hindú, que nuestro profesor de Antropología, nos contaba, para transmitirnos la necesidad de tener una visión holística en la ardua tarea de educar y de vivir, claro.

“No te marches a ninguna parte, nunca se puede gustar a todo el mundo, pero, ¿Que sería de la humanidad si todos pensáramos del mismo modo?”. Me decía. Gracias.

Santiago Ramón y Cajal dijo: “Quien no tiene enemigos, nunca dijo la verdad, ni amó la justicia, ni defendió  la Libertad de expresión”. Os dejo con la leyenda.

Tres ciegos se enteran de que ha llegado un circo con un  elefante de visita a su ciudad y sienten mucha curiosidad por “verlo” y por saber como es. Así que les llevan a presencia del elefante y los tres se acercan simultáneamente al animal para palparlo.
Como lo hacen a la vez, se obstaculizan y cada uno solo toca una parte. El primero toca la trompa, el segundo una pata y el tercero el tronco.
Más tarde comentan entre ellos su experiencia e intentan describir al animal.

-Un elefante es como una serpiente dice el primero.
-Te equivocas, un elefante es como el tronco de un árbol, le contesta el segundo.
-Pero que tonterías estáis diciendo, un elefante es como una montaña, exclama el tercero.

Los tres terminaron en una bronca descomunal, en la que terminaron perdiendo los papeles por creer y defender, que su perspectiva del elefante era  la verdad absoluta. Evidentemente los tres decían la verdad, ninguno mentía. Tan solo daban distintas perspectivas de una misma cosa. La verdad era incompleta y solo es absoluta juntando las tres “visiones”.
Si por alguna razón, solo viéramos nuestra perspectiva, estaríamos corriendo el riesgo de estar en el papel de uno de los tres ciegos de la historia, muy convencidos de nuestras experiencias y conocimientos, pero viendo sólo un aspecto de la realidad.
Por eso, es importante tener una  mente abierta ante las opiniones ajenas y dejarse de prejuicios e ideas preconcebidas, corres el riesgo de equivocarte.

2 comentarios:

  1. Me alegro de que hayas optado por utilizarla... con mis peques tengo mi propia versión, así que la modifiqué un poquito, pero la esencia es la misma.
    Hoy, trabajando, una compañera me dijo, ¿Pero con este niño? ¿No han hecho nada en todo el año? Justamente a ese niño, le tuve yo cuando empecé a trabajar, y no me ha sentado mal lo que ha dicho, porque no se lo que se ha trabajado este año con él, pero si que la he contestado, que no se puede juzgar por lo que se esté viendo en este momento, ya que, el niño puede haber cambiado de un año para otro, tanto que ahora yo le encontraba irreconocible, y cuando estaba conmigo mi principal prioridad era que dejará de pegar... No que hiciera fichas y fichas. Y ella me ha respondido, es que no entiendo que no sepa ni los colores.
    Esa es la verdad de ese alumno, el año que estuvo conmigo, daba igual que se supiera los colores, interesaban más otras cosas, este año no se como habrá ido y el año que viene, tampoco lo sabemos. Pero no por mucha experiencia, ganas, ni siquiera por cabezonería se consigue cambiar a una persona, así que, el que piense de ese modo, pues que siga así, llegará un momento en que se encontrará un muro en el camino, y tendrá que abrir la mente a otras formas de trabajar.
    Mi prioridad es que mis alumnos esten bien, la suya que hagan muchas fichas y muchas manualidades que llevar a casa... En algo prima la diferencia entre nosotras, si no, que aburrido sería el colegio.
    Pero si el año que viene ese niño puede avanzar mejor con las fichas, pues abriremos la mente y las haremos, y sin embargo, si necesita volver al principio, tendrémos que hacerlo.
    No existe verdad absoluta en nuestro trabajo y empiezo a dudar que la exista en el mundo.

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  2. laverdadcongelada28 de julio de 2011, 1:19

    Muy buen ejemplo práctico de como llevar a cabo la filosofia de la leyenda. Inteligente tu posicionamiento y lectura de la situación. Cierto, cada uno aportamos una cosa, sumamos nuesta pequeña verdad. Gracias por acercarme a mi memoria la leyenda.

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