jueves, 18 de octubre de 2012

Solo yo lo sé

      Artículo 187.

     Uno de los grandes paradigmas falsos, que me ha tocado romper, en mi trabajo como maestro, ha sido el de que “solo se puede opinar de algo estando, viviendo y sintiendo en ese algo” o “Solo yo lo sé, porque vivo allí. Los demás no pueden opinar”.
   
    ¿Solo se puede opinar si conoces, estás, vives, sientes o te afecta directamente?
   
    Yo no puedo ignorar algunas cosas que no me afectan directamente. Creo que no hace falta encontrarse en el medio de un sitio, para sentir ese sitio, para opinar de ese sitio. Opinar es un derecho que nos permite ser distintos, que nos permite vivir, pensar, sentir, construir, mejorar, crecer, ser más libres.

   
    Haga clic aquí y ahora para opinar. Esto es lo que algunos se creen con derecho a dirigir en tu vida. Si soy libre para hacer lo que quiera, también lo soy para opinar de lo que quiera. Eso sí, la experiencia me dice, que lo malo de sugerir inteligentemente es que te eligen para realizarlo. Pero bueno esa es otra cuestión, que abordaré otro día, tal vez en otro artículo.
   
    Los mejores consejos que he recibido en la vida, no han venido de personas que les tocaba lidiar con ese asunto o con sus resultados. Han venido de personas que usaban el sentido común, que tenían actitud, que despertaban conciencias, que me hacían pensar, que me dejaban pensar y por supuesto que me dejaban la suficiente libertad para transformar esos pensamientos en hechos.
   
    Por eso, ahora, sé lo que quiero, donde estoy y hacia dónde voy. Es curioso lo que llega a inventar la gente; siempre buscan razones para hacer lo que quieren hacer y salirse con la suya; bueno más bien excusas. En ocasiones, envuelven estas razones y las justifican de la forma más inverosímil. Casi siempre no tienen por donde agarrarse y siempre se esconden conveniencias o intereses.

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