ARTÍCULO 191.Siempre he pensado que nuestros gobernantes no toman las decisiones teniéndonos en cuenta, mirándonos a la cara y escuchando nuestras necesidades. Cuando surge un problema reaccionan tarde, mal y con intereses muy alejados de lo social o moral, de la calle, de las personas, de su vida normal, de lo cercano, de su cotidianeidad.
Y esto está ocurriendo en el asunto de los desahucios. Las decisiones que se están tomando están siendo cosas de partido, acuerdos de partido, urgencias de partido. ¿Se equivocan? Pues ya veremos, pero…
Desde mi punto de vista hace falta una ley atrevida que evite los desahucios, pare los abusos y busque soluciones. Que modifique, que trasforme la ley hipotecaria, las sobre tasaciones y que obligue a los bancos a cumplir la función social de prestar dinero, que nunca tuvieron que olvidar. Recuerden lo que la mariposa le dijo al gusano de seda: “si no te trasformas nunca vas a volar”.
Todos nos equivocamos, estos, los bancos, se equivocaron al valorar tanto activo inmobiliario, era mucho riesgo. Un piso era una mala inversión que ha provocado pérdidas, el comprador era tratado como un inversor y nosotros, los ciudadanos, cerramos los ojos y nos metimos en el juego financiero, por si caía algo.
Ahora todos hemos de asumir las consecuencias de nuestros errores. Olvidamos, no quisimos ver, que una vivienda es un bien básico de primera necesidad y no un negocio mercantil. Yo siempre pensé que ser dueño de una vivienda no era un derecho, pero vivir en una, sí.
Por eso es importante que pongan alquileres sociales con todas esas viviendas que están ahí paradas. Lo urgente nunca puede estar por encima de lo importante. Y esto es importante.
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