sábado, 1 de diciembre de 2012

DESAFIO CERCANO

 ARTÍCULO 192

Bucear con tiburones oceánicos de puntas blancas, volar en globo aerostático en Laponia a -44 grados, cazar un tornado y grabarlo desde su interior, acceder a una cima por una vía jamás explorada, visitar las mismísimas entrañas de la tierra a través de un cráter de un volcán activo, atravesar el desierto más caluroso de la tierra. Son retos realmente cautivadores, hipnóticos, espectaculares. Pero a veces, la cosa más sencilla, más cercana, más fácil, más cotidiana, más simple, se convierte en nuestro gran desafío extremo. Hoy quiero hablaros de eso, de contiendas, de retos.

El primero, escribía hoy a un amigo, consiste en poner en valor nuestros recursos naturales como salida del hoyo económico y humano en el que estamos. Es necesario, le decía, investigar, innovar y desarrollar estrategias, para que a través de ese animal, de ese espacio, de ese recurso, consigamos una economía productiva, sostenible, duradera, real, no ficticia. Le ponía un ejemplo en el que un grupo de personas estamos trabajando: el lobo.
El lobo siempre ha sido una especie perseguida, aniquilada, maltratada;  si cambiásemos la percepción que tenemos del lobo, si la gestión del lobo dejase de ser esas periódicas batidas, esos controles que buscan minimizar y  erradicar al lobo y comenzase a verse la cantidad de beneficios que puede dejar para una comarca, la historia y la visión que tenemos del lobo cambiaría. Miles de turistas se acercarían para fotografiarle, para ver huellas, para saber de esta especie, para conocer de él, entonces, esa comarca llenaría sus casas rurales, sus restaurantes, sus museos; Tomás el pastor y MarÍa su mujer, podrían ejercer de guías; habría rutas y actividades para los visitantes, la comarca crecería, habría quesos, miel y muchos productos con la marca LOBO. Solo se trata de poner al lobo a producir y no matarlo. Él vale más vivo que muerto, no lo dudéis.

Y así, en cada zona, en cada sitio, hay un recurso natural, una especie, algo que poner en valor. España es biodiversa y esto lo hemos de aprovechar. En Europa estarían encantados de tener lobo y lo aprovecharían, mira que si lo aprovecharían. Y aquí, lo queremos matar y erradicar y clamamos que “con lobo no hay paraíso”. ¡Qué ignorancia!

Hablando de Naturaleza, de animales y de retos, quiero hablarles de otro desafío, que entre todos hemos de conseguir. Está relacionado con la lista negra de especies invasoras biológicas que amenazan la naturaleza endémica de España. Estas especies son seres vivos que el hombre; unas veces voluntariamente y otras accidentalmente, ha distribuido fuera de su área natural de distribución y  han conseguido establecerse y dispersarse en una nueva zona, causando daños y poniendo en verdadero peligro a la biodiversidad biológica nativa. Estos animales, plantas, algas etc, se han ido extendiendo en estas últimas décadas por todo el territorio, por todos los ecosistemas y están causando y causarán verdaderos e importantes daños. El reto consiste en minimizar la lista, en poner freno a la introducción de estas especies que son un gran problema para la conservación de la naturaleza.

Una especie de esa lista negra, es el mapache americano. Parece un animal entrañable y perfecto para tener entre nosotros, como animal domestico de compañía; pero detrás de ese aspecto amable y bonachón se esconde otra realidad, sobre todo al año de vida. A esa edad se vuelven agresivos porque alcanzan la madurez sexual y están en pleno periodo reproductivo. Son muy activos, curiosos, muerden todo, incluso a los dueños y claro se liberan y abandonan en cualquier lado. Ellos se adaptan de maravilla, comen de casi todo y en casi todos los medios, es una especie invasora perfecta. En Madrid habría unos 500 y en Doñana ya han capturado 11 en apenas un mes.

El tercer gran reto del que quiero hablaros está relacionado con nuestra actual clase política y con la actitud que tenemos nosotros con ellos. Les criticamos, les hacemos culpables de la actual crisis, les insultamos, les cuestionamos les… Y razones no nos faltan; pero cuando hay que decir basta ya, ustedes no nos representan, ustedes no piensan en nosotros o anteponen sus conveniencias a las nuestras o ustedes abusan de nosotros; entonces, les volvemos a legitimar con nuestro voto. Nos resignamos al mal menor y a que nos mientan o manipulen lo menos posible, nos conformamos con que la bofetada sea lo menos dolorosa posible. Asumimos todo y no cambiamos nada y claro, lo que obtenemos es más de lo mismo y más de lo mismo y más de lo mismo. Yo les entiendo, para que van a cambiar si les seguimos manteniendo ahí, con sus privilegios y con “sus de todo”. 

El problema somos nosotros, hemos sido nosotros y continuaremos siendo nosotros. Somos víctimas y verdugos de nuestro maltrato. Y solo veo una solución: terapia de grupo y valentía individual para alejar al abusador de los puestos de poder. El respeto es un valor que cualquier sociedad necesita, para no herir, ni lesionar el valor y la dignidad del ser humano. A  mí, esta clase, con su acción, me lo está faltando; pero también, esta sociedad, con su omisión, me lo está rematando.

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