sábado, 2 de noviembre de 2013

ADIÓS MIGUEL ÁNGEL

ARTÍCULO 253

Hay muchas formas de despedirse dice M. Benedetti. Muchas formas de construir adioses… dando la mano, dando un beso, dando la espalda, nombrando fechas, recordando situaciones, con voz de olvido, dando un portazo, pensando en nunca, con un abrazo, con un ojalá vuelvas…

Algunos tienen afán por alargarlas, otros las anhelan y en ocasiones tratan de evitarlas. En ciertos casos sacan lo mejor de lo compartido y en otros lo peor…Todas las despedidas son diferentes; no solo porque cada uno de nosotros seamos diferentes, sino porque el grado en que nos comprometemos afectivamente con algo o con alguien, es también diferente.

Lo que siempre me resultó curioso de las despedidas es que puedes elegir hacerlas o no…Al final todo es elegir, siempre es elegir. La vida es un continuo elegir, un abrir y cerrar puertas…Hoy abres una puerta, pero mañana tienes que cerrar otra o tal vez esa misma que acabaste de abrir…A veces se  abren  puertas,  pero otras es bueno cerrarlas porque no llegan a ninguna parte… Abrir y cerrar puertas, así es la vida, me decía un día un viejo marinero  que encontré en una bella ciudad portuaria, con gatos en los tejados y viejas tradiciones.

…Cuando las personas son amigos de verdad -me decía- no necesitas de puertas…Ellos comprenden tus adioses, el dolor detrás de tu sonrisa, el amor detrás de tu rabia, las razones que hay detrás de tú silencio y  tu  tristeza detrás de lo que dejas. Adiós amigo.

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