domingo, 13 de julio de 2014

EL GATOPARDO DE LA EDUCACIÓN.

ARTÍCULO 274
 
Cuando se prometen grandes cambios en torno a la educación, lo primero que se me viene a la cabeza es el libro de Lampedusa “El Gatopardo” y su  sentencia: “algo tendrá que cambiar para que nada cambie.”

La dura realidad y enorme clarividencia del libro de Lampedusa hace aflorar una sonrisa de desencanto y de angustia cuando lo lees; la misma que cuando Marcial Marín, Consejero de Educación de la Junta de CM, anuncia que reducirá en 5 puntos el abandono escolar temprano, con la primera orden que acaba de salir a escena para dar cumplimiento a la aplicación e implantación de la LOMCE ( Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) …Que terminará con esas elevadas tasas de paro juvenil y que en general se mejorarán muchos aspectos de la maltrecha educación.

Una triste sonrisa y mucho mucho desencanto es lo que me producen estas declaraciones de nuestro máximo responsable de Educación en Castilla la Mancha. La mayoría de los cambios que se proponen en este decreto por el que se establece el currículo y se desarrolla la ordenación de la Educación Primaria y FP Básica de la región, son para que todo siga igual pese a que haya cambios. Cambios en más horas de Lengua, Matemáticas, Ciencias e Inglés. Cambios en desdoblar el antiguo Conocimiento del Medio en dos asignaturas que nunca tuvieron que fusionarse: Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales. Cambios en la evaluación, habrá dos, una en 3º de Primaria y otra en 6º. Cambios con la aparición de una “nueva” Formación Profesional.
El calendario de implantación será gradual; en 2.014-15 los cursos impares de Primaria y en 1º de FP. En el 2015-16 el resto de Primaria, los cursos impares de Secundaria y 2º de FP y en el 2016-17 al resto. De la forma de financiación, ya comentó el Ministro, que durante estos años se cofinanciará con fondos del gobierno y social europeo, sin computar como deuda para las autonomías. Y a partir del 2017 se repartirán los gastos con las autonomías. ¿Podrán hacerse cargo de ello?

Nada cambiará realmente si no cambiamos esos viejos paradigmas educativos tan agotados y esas formas de enseñar y de aprender tan reduccionistas -de este sistema educativo tan arcaico y anticuado-  por unos más acordes a los tiempos actuales. Este modelo tan mediocre, tan incoherente, tan inconsistente, tan estándar solo cambiará si lo transformamos, si lo cambiamos, si lo aplicamos en nuestras escuelas. Solo así mejorará el aprendizaje de nuestros alumnos y descenderán esas tasas tan perniciosas.
Si todo a lo que aspiramos es a estos cambios que anuncia M. Marín y a escuchar estos toques de violines con las que nos amenizan y nos tienen acostumbrados nuestros dirigentes educativos,  en relación a fórmulas mágicas para hacer excelente este sistema educativo, estaremos tropezando de nuevo-como tantas otras veces- con la misma piedra.
Deberíamos replantearnos todo y hacer una enmienda a la totalidad educativa. Deberíamos reflexionar sobre lo que enseñamos,  cómo lo enseñamos y el sistema de formación de quién lo enseñamos. Los grandes problemas necesitan de grandes soluciones, no de parches…Necesitamos grandes y profundas reformas.
Hace unos días leía, en relación a esto de la educación  y de tomarse muy en serio la formación y el desarrollo profesional del profesorado, un artículo que analizaba la necesidad de invertir un gran esfuerzo en lograr que los maestros aprendan a enseñar más y mejor para que sus alumnos aprendan más y mejor. Reflexionaba sobre la necesidad de investigar sobre lo bueno que tienen otros sistemas educativos y de que la solución radica no en inventar un sistema educativo nuevo, sino de hacer lo que en otros países lleva funcionando desde hace muchos años.
Hablaba-el artículo- del método “jugyo kenkyuu”. Es un método- comentaba el autor- “usado en Japón desde el periodo o era Meiji ( 1868-1912), periodo durante el cual Japón abandona sus estructuras feudales y se incorpora al mundo moderno. El método se inspira en las ideas pedagógicas de Johann Pestalozzi, basadas en el aprendizaje activo. Pestalozzi pensaba que el método más adecuado para enseñar era el de crear situaciones en las que el estudiante pudiera aprender por sí mismo, de forma activa, más que aprender de la autoridad proveniente de los libros de texto y de los maestros.
El método “jugyo kenkyuu”, también llamado de “Lesson Study”, se basa en un sistema desarrollado por los profesores, usando para ello varias etapas : planificación de la lección que se impartirá en la clase ; impartición de la lección en la clase, mientras otros profesores observan “in situ” cómo se imparte la misma ; reflexión analítica posterior de dicha clase , y revisión con vistas a mejorar la calidad de la lección. Es un proceso iterativo que busca elevar la calidad de la educación.

Téngase en cuenta que, por ejemplo, mientras que en los EE.UU., en promedio, un profesor dedica una hora a preparar una clase que dure también una hora, en Japón los profesores suelen dedicar a la preparación de una clase de una hora, nada menos que ¡tres horas!

El método “Lesson Study” pretende elevar sustancialmente la calidad de las lecciones que se imparten en clase. Para darse cuenta del significado de este método, hay que tener en cuenta que en Japón, para cerrar el círculo de preparación y ejecución de este método para una sola lección, se emplean, por término medio, por lo menos ¡tres meses por lección!, y a veces hasta seis meses o incluso más. Se comprende que la calidad de las lecciones así elaboradas sea altísima.

En Estados Unidos se quiere aprovechar este método japonés para hacer frente a los ingentes desafíos que suponen los nuevos estándares educativos – Next Generation Science Standards ( NGSS), etc – , que están imponiendo nuevas formas de enseñar las matemáticas y las ciencias. Por ejemplo, el estándar NGSS exige que los estudiantes mantengan una actitud totalmente activa en clase, tal y como quería Pestalozzi, y que actún en clase como lo hacen los científicos en su trabajo ordinario : es decir, que formulen hipótesis, recojan datos y elaboren modelos aptos para resolver los problemas.”

Adoptar este sistema e imitarlo, incorporándolo a nuestra sociedad, a nuestra cultura sería una solución posible e este desaguisado educativo en el que vivimos y a esas penosas posiciones en las que se mueve nuestro actual sistema educativo…Y esta tarea la tenemos que hacer los que nos dedicamos a esto de la Educación, los que pasamos día a día entre niños, entre pizarras y pupitres…Los de afuera no la harán, recuerden la máxima de Lampedusa.

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