Hay un juego al que de niño jugaba a menudo y con el que disfrutaba al ver como una historia más o menos larga y muy clara se iba volviendo confusa a medida que pasaba de niño a niño y esta se repetía sucesivamente hasta que llegaba al final y nada tenía que ver con la historia inicial.
Siempre he odiado los comentarios, dimes y diretes y cotilleos varios que dentro de conversaciones intrascendentes van deteriorándose para convertirse en verdades. Además con este tipo de interpretaciones de la realidad no hay réplica posible, ya que pasan fugazmente de boca en boca y se convierten en verdad; pues una mentira repetida muchas veces y en muchos foros se convierte en verdad. Por eso es conveniente y por supuesto obligación, contrastar cualquier tipo de información que se pone en boca de alguien y es una enorme falta de ética y de profesionalidad una vez contrastada que dicha información no era veraz, no pedir disculpas al damnificado y sobre todo hay que pedir responsabilidades al que faltó a la verdad.
El problema es de algunos de nosotros que, cegados por motivos personales, anteponemos nuestros prejuicios y somos tendentes a valorar y prejuzgar comentarios, que como en el juego del teléfono escacharrao estan sustentados en: “me dijeron que alguien había oído que alguien había dicho que …”
Siempre he odiado los comentarios, dimes y diretes y cotilleos varios que dentro de conversaciones intrascendentes van deteriorándose para convertirse en verdades. Además con este tipo de interpretaciones de la realidad no hay réplica posible, ya que pasan fugazmente de boca en boca y se convierten en verdad; pues una mentira repetida muchas veces y en muchos foros se convierte en verdad. Por eso es conveniente y por supuesto obligación, contrastar cualquier tipo de información que se pone en boca de alguien y es una enorme falta de ética y de profesionalidad una vez contrastada que dicha información no era veraz, no pedir disculpas al damnificado y sobre todo hay que pedir responsabilidades al que faltó a la verdad.
El problema es de algunos de nosotros que, cegados por motivos personales, anteponemos nuestros prejuicios y somos tendentes a valorar y prejuzgar comentarios, que como en el juego del teléfono escacharrao estan sustentados en: “me dijeron que alguien había oído que alguien había dicho que …”
No hay comentarios:
Publicar un comentario