viernes, 18 de junio de 2010

Crisis en la Educación. Educación en la crisis

"Es hermoso tener la fuerza de un gigante, pero es terrible usarla como un gigante". Shakespeare


“En la actual crisis que vivimos a lo que aspiran los que manejan los hilos es a que podamos consumir más, así piensan que saldremos de la crisis. El consumismo nos consume, nos categorizamos por el valor instantáneo de las cosas y por nuestras posesiones. Somos un código de barras. Necesitamos vivir sin ser dirigidos.”
Para mí poseer, tener no es sinónimo de libertad; consumir no es felicidad.
Para mí la Escuela tiene que ser ante todo un mercado de experiencias en el que expandir horizontes sea nuestra meta; aprender, leer, conocer, debatir ideas, reflexionar, dudar; en suma, cultivar la mente y potenciar la curiosidad ha de ser nuestra tendencia frente al frenesí de una sociedad desvalorizada, egoísta y consumista.
Para mí la escuela tiene que romper entre otros los principios del consumismo y cambiar la base de la sociedad.
La educación vuelve a la palestra y es motivo de preocupación de nuestros políticos. España suspende en Educación y el debate es
tá servido. Llegan momentos de teorizar sobre la Enseñanza y de diagnosticarla. Coincido con aquellos que hablan de la situación tan deficiente en que se encuentra; todo sigue igual, creo que pendiente de una mayor inversión y una mejor gestión. Considero que nuestros políticos educativos viven inmersos en números, estadísticas y resultados electorales y olvidan la verdadera esencia para la que fueron colocados en sus puestos: un tratamiento adecuado de la educación para elevar el nivel de los alumnos.
Para mí un gestor educativo no debe de vivir alejado de la realidad educativa, debe de conocer y hacer frente con valentía a las “demasiadas cosas poco racionales” que hay en torno a la educación. La educación no ha de ser un negocio ni por supuesto una plataforma política con fines electoralistas ni tampoco una lanzadera profesional en la que adquirir galones como responsable o jefe de determinada sección educativa sea el objetivo. Creo que sobran cargos, asesorías, subsecretarías, subdirecciones; demasiados puestos y despachos liberalizadores de la tiza.
Dicen nuestros responsables educativos que "hay que lograr un sistema coherente, consistente y cohesionado”. Pues entonces partamos de la verdad y de la verdadera realidad de nuestra enseñanza y empecemos por conocer y hacer frente a los problemas reales provocados por instituciones muy envaradas, por sistemas de organización un poco arcaicos, por modelos educativos un tanto cuestionables, por incoherencias de los gestores, de padres y profesores en torno al arte de educar.
Creo que ya está bien de tanta contradicción y de tanta incongruencia; “los niños, decía León Tolstoi, son mucho más sagaces que los adultos, y no sólo ven los defectos de sus adultos, sino también el peor de sus defectos: la hipocresía de ellos. La falsedad de los adultos en la educación de los hijos es el fenómeno más corriente y los niños la notan al instante, se alejan y se corrompen. La verdad tiene que ser la condición primordial del empeño educativo”.
Día tras día los maestros perdemos ilusión y ganas; vemos que los alumnos son cada vez más violentos, que les interesa menos aprender; creemos que apenas hay un mínimo sentido de la educación, pensamos que perdemos más tiempo en pura burocracia, papeleo, proyectos, reuniones varias, programaciones y dosieres que en preparar las clases, opinamos que los padres solo se dedican a justificar las acciones de sus hijos y que nuestros gestores educativos viven demasiado alejados de la realidad educativa preocupados de otras cosas.
"Remamos contra la corriente" porque por más que nos proponemos enseñar o educar, por más que nos innovamos en los “maravillosos” cursos de los “maravillosos centros de profesores”, por más que nos coordinamos, por más que nos actualizamos con los flamantes ordenadores, por más que realizamos proyectos de innovación…Los alumnos no q
uieren aprender, los padres cada vez más ocupados y preocupados inmersos en sus intereses nos dejan a sus hijos y se desvinculan de su educación y nuestros gestores educativos a sus cosas.
Yo estoy contento de no haberme dejado nunca atrapar en el papel de funcionario y haber hecho e intentado hacer del aula y del colegio un lugar de encuentro humano. Me siento bien conmigo mismo por romper con los paradigmas, modelos y patrones con los que nos atrapan nuestros gestores y jefes educativos, muchos de ellos arcaicos, estúpidos y muy envarados; pero bueno como decía A. Einstein: “Solo hay dos cosas infinitas en el mundo, el universo y la estupidez humana”
Para mí las aulas tienen que ser dinámicas, alegres, divertidas; no tenemos que perder el tiempo, no hemos de dejarnos dominar por la apatía, esta es una profesión en la que uno se lo puede pasar muy mal, pero también muy bien.
Para mí la educación está en crisis al igual que la crisis estructural del sistema económico. Los padres hacen todos los esfuerzos por la subsistencia, los maestros no somos ajenos a ello, nuestros gestores, me reitero, a lo suyo. En estas duras condiciones nuestra labor de docentes es difícil, pero tenemos que ir todos de la mano para formar a los futuros ciudadanos y los docentes jamás debemos caer en el desánimo y por supuesto tenemos que romper de una forma atrevida todos esos patrones envarados que siempre vienen en forma de: “no sé, aquí siempre se han hecho las cosas así”. Debemos de preguntarnos por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si tal vez, con valor y valentía las podemos hacer de otra.
Para mí la educación es algo global, casa, calle, escuela, tiene en este momento muchas cosas que enseñar, pero desafortunadamente una gran parte de lo que estamos aprendiendo y enseñando es irrelevante en cuanto a contenido, otra parte es negativa y otra no llega. El gran gigante de la economía se metió en medio de todas las aspiraciones humanas y ha convertido este mundo en un mosaico de muestras de egoísmo, fanatismo, deshumanización, competitividad. Hace bien poco llegaron a mí una serie de paradojas que muestran lo que somos. Os acerco algunas de ellas:
“Hoy:
-Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas.
-Más conocimiento y menos juicio.
-Más medicinas y menos salud.
-Hablamos mucho y escuchamos poco.
-Compramos más, y lo disfrutamos menos.
-Vivimos en la era de la comunicación pero nos comunicamos menos.”

La "EDUCACIÓN" nos tiene que permitir cambiar todo esto; pero claro hace falta valentía, sinceridad, esfuerzo y sobre todo mucho trabajo y dedicación.

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