ARTÍCULO 250
Mi madre adoraba saludar con efusión cuando conocía a alguien y de la misma forma lo hacía cuando se despedía de alguien. Me decía que las despedidas eran muy importantes y que debía de decir siempre adiós cuando me fuera de los sitios.
Lo que siempre me resultó curioso de las despedidas es que puedes elegir hacerlas o no…Al final todo es elegir, siempre es elegir. Podría deciros hasta luego, pero para mí, un hasta luego es un adiós en trozos…es más digerible…seguramente sí…Cualquier cosa puede asimilarse, si se trocea debidamente en porciones pequeñas.
Desde esa soledad os quiero decir adiós…Siempre es mejor decir adiós…Poder decir adiós es más valiente… Y como en todo final hay siempre un principio, quiero despedirme de todos vosotros diciéndoos que no olvidéis nunca oler, respirar y escuchar las sonrisas que nos da la naturaleza. Un beso para todos.
Espero que seas muy feliz. Un besazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Tamara por tu comentario y por tu deseo…En ocasiones poder decir adiós te hace feliz…otras te causa tristeza…En esta ocasión es una despedida triste, pero, como no me canso de repetir por todos los lados, a veces es bueno cerrar algunas puertas…No por vanidad o arrogancia sino porque ya no llevan a ninguna parte…Además cuando estas entre dos puertas y no sabes por cual entrar, eso crea infelicidad. Así que…Beso.
ResponderEliminar